La asesina que puede dar una lección

Leí que una mamá olvidó “accidentalmente” a su hija en el auto, un día caluroso de verano. Su hija murió. Me han hecho varias preguntas mamás y creo que con esta nota respondo si no a todas a la mayoría. No directamente pero espero LEAN el mensaje y lo atesoren, entre líneas y pongan en práctica lo que deban poner en práctica mamis.
La mamá dijo algo que me ha sacudido bastante: asesina “Después de que mi hija nació, yo traté con todas mis fuerzas de tener la vida que tenía antes. Estaba intentando de que ella “encajara” en mi agenda, en lugar de cambiar mi agenda a la suya”.
Esas palabras sacuden ¿no es así?
Quizá en el estrés de su día simplemente corría y la olvidó… imagino ahí, amarrada en su sillita del auto.
Esto me hace pensar…
¿Estoy yo tratando acaso de SER la persona que era antes de tener a JR y RG?
No, es obvio obvio que ya no soy esa persona, ni física ni mentalmente (gracias a Dios!).
Mi agenda de hoy incluye grandes eventos como piñatas, idas al parque, a los juegos infantiles y festivales en la escuela.
Mi atuendo es ropa cómoda, tennis antiderrapantes para cuando cargo a la bebé, la mochila y traigo de la mano a mi preescolar.
Lo que antes era mi ordenada bolsa ahora contiene pañales, biberones, juguetes, barras de granola, botellas de agua, leche, galletas (generalmente mordidas), toallitas húmedas, antibacterial y pomada anti-rozaduras. Raramente encuentro algo personal como un lipstick y cuando lo encuentro tiene insertado un crayola o galleta.
Mi lista de actividades incluye recoger comida y cereal del suelo, leer cuentos infantiles, lavar infinidad de trastes y biberones,  cambiar pañales sucios y montañas de ropa sucia que lavar, doblar, planchar y guardar.
Me he hecho a la idea y sé que esta etapa, como todas terminará y sí, la extrañaré.
De cualquier manera por mucho tiempo seguí tratando (al menos en mi mente) de encontrar la manera de HACER tanto como hacía antes. Tratando de encontrar la manera de asistir a tantos lugares, eventos, actividades, participar en todo lo que participaba y mantener las relaciones personales amistosas y familiares saludables, como antes. Certainly.
¿Estaba tratando de ser la persona que HACÍA tantas cosas como antes, sumado a todo lo que debo hacer ahora como mamá?
Seguro que sí.
Y esto, permíteme confesar: es de locos. Porque no solamente las necesidades personales cambian, sino las familiares también.
La agenda es simplemente impredecible.
Un día justo creo tener “todo bajo control”, niña cambiada, comida hecha, a tiempo para recoger a JR de la escuela y en un segundo tengo sobre mi toda el agua natural de tamarindo, se me quedó prendido el sartén con pescado y RG decidió en el último minuto antes de subir al auto “hacer sus necesidades en el pañál”. Así es, es un día normal y sólo las mamás pueden comprender a lo que me refiero.
Me despierto cada día con la mejor de las actitudes y decisión de que “hoy lo lograré” y conforme avanza el día me doy cuenta que mi mente está en la interminable lista de cosas que
  • “tengo qué hacer”,
  • las que “quiero hacer”,
  • las que  “no me pueden faltar hoy de hacer”,
  • las que “quieren que haga”,
  • las que “ya me comprometí a hacer y ni modo”,
  • las que “los niños necesitan”
  • las que “mi dh necesita”
  • y las que “quiero” y “necesito”
  • entre otras…jeje.
Leí cuando JR nació el libro que he recomendado ampliamente “Conociendo a tu bebé 1” y me sirvió mucho porque habla de cómo hacer una “rutina” de los niños y es excelente porque te ayuda a tener un niño más alegre, saludable, descansado y tener así más control del día y del tiempo, puedes HACER más. Luego leí Conociendo a tu bebé 2 y feliz de haberlo hecho y continuar con la serie .
No siempre HACER es sinónimo de algo que valga la pena. Se habla mucho del “tiempo de calidad” pero no sólo les quiero dar 10 minutos de calidad cuando ellos necesitan en realidad tiempo, mucho.
No me imagino una mujer a la cual su esposo le da un beso de 10 segundos de calidad y mucho amor y en todo el día no vuelven a hablar, ni se ven, ni platican ni nada por el estilo, toda su relación se basa en ese beso de “10 segundos de calidad”. Es absurdo, quiero tiempo y lo quiero de calidad y cantidad.
Lo mismo merece mi esposo de mi, en medio de mi nueva faceta de mamá. Para él también las cosas han cambiado, lo sé.
Lo mismo merecen mis pequeños. JR y RG. Tan distintos y a la vez tan similares y pequeños que están aprendiendo a qué mundo llegaron principalmente a través de mi.
Quiero disfrutar los momentos como en las mañanas cuando me levanto antes y me acuesto junto a JR y puedo ver su tranquila respiración, me acerco lo suficiente para ver el nacimiento de sus cejas, sus perfectas pestañas y su pielecita.
Quiero preocuparme por eso en lugar de por todo lo que he dejado de hacer, la gente que me falta de devolverle una llamada, una visita, un detalle, un mensaje de texto, un email. En lugar de ver la pila de libros que tengo comenzados y quisiera terminar hoy. En lugar de abrir la carpeta de artículos comenzados y que no tengo idea de cuando concluiré. Ver cómo la pila de ropa y trastes crece, eso siempre sucederá.
Quiero poder hacer una pausa y sentarme en el sillón con Raúl para platicar como cuando novios, sin importarme que los trastes de la noche se apilen y que se queden todos los juguetes en el piso y ropa en la secadora. Quisiera poder simplemente rentar una película y disfrutarla acurrucados mientras comemos unas palomitas de microondas o brownies que yo horneé en la tarde. Quisiera poder hacer eso en lugar de “dividirnos” actividades o “turnarnos a los niños” mientras nos gritamos de un piso al otro: “me subes por favor la tetera de RG, la olvidé abajoooo, podrías subirla por favoooor? y agua para JR?”. Comprendo que eso es parte del “show” sólo quisiera poder organizarme  mejor y no descuidar a ninguno de los 3.
Una cosa es estar presente y otra ESTAR presente, de verdad.
Físicamente estamos, pero ¿mentalmente?
Cuántas veces estoy junto a JR que hace su tarea o juega con sus carritos, o dibuja, o platica con RG y yo aprovecho para meterme en un libro, para “escapar” a mi mundo imaginario.
Mentalmente “me voy” a  mis listas y a la secuencia y orden de lo que haré si se quedan dormidos o si se entretienen 15 minutos solos.
¿Cuántas veces ni siquiera escucho lo que me acaba de preguntar? y luego me enojo si me levanta la voz o repite varias veces lo mismo? Eso es una injusticia de mi parte y creo que ya la paré, espero no ser tan falible como para repetirlo aún estando consiente de que lo he hecho.
Sí, una cosa es estar físicamente presente y otra MUY diferente estar PRESENTE para él. Quiero mentalmente estar con él y conectarme, no estar visualizando mis listas de pendientes y planes.
Es obvio que las mujeres podemos hacer varias cosas la mismo tiempo (de otra manera qué sería de nuestras vidas y la de los demás a nuestro alrededor mamás?!)
Pero también quiero estar presente. Ser equilibrada, tener un balance.
Tengo varias cosas que quiero que permanezcan para que el balance no se pierda.
  • Cuando los niños están despiertos NO uso la computadora (Esto es sencillo pues YO lo decido y depende sólo de mi y la disciplina que tenga para hacerlo).
  • Cuando los niños me necesitan NO atenderé llamadas telefónicas. (En esto he fallado porque depende de la persona que me llama y de su “urgencia” del asunto y de su cantidad de minutos para colgar… basta, estoy rindiendo mi agenda a la suya y es ABSURDO que dedique más tiempo/atención a otros que a mi propia familia, así que si escuchan la contestadora dejen su mensaje pro favor, espero no se ofendan si es que alguna vez me han llamado, pero es un cambio que debo hacer en mi vida.
  • Cuando Raúl esté aquí le pondré más atención, así los trastes se queden en la tarja, los juguetes en el piso y otras cosas sin terminar. Tenemos el tiempo entre los 2 tan tan tan limitado que no quiero que continúe así. Es impresionante cuántos temas se quedan “en el aire” porque simplemente no me detuve y nos sentamos agusto y hablamos.
  • Cuando los niños quieren estar conmigo y jugar conmigo, preguntarme cosas de la vida, de las palabras de por qué alguien dijo/hizo algo, cuando quieren orar, cuando quieren abrazarme y hacernos cosquillas, caballito o guerra de besos, pararé lo que sea y lo haré.
Sí, en ocasiones como esta me detengo, pienso, oro y le pido a Dios que me ayude a ser equilibrada a tener un balance en mi vida. Muchas veces le pido que me ayude a ser la mujer que él desea que sea, la esposa que Raúl necesita, la mamá que JR y RG merecen, que pueda  organizarme y priorizar de tal manera que le honre con mi vida y que entre todas las actividades, pendientes y menesteres no me afane ni pierda, ni renuncie a mi pasión, a lo que me gusta y él me puso en el corazón, cosas como leer, pintar, escribir, platicar, aconsejar y orar por alguien, que quizá no son necesarias pero que mi alma sonríe cuando puedo hacerlo y creo que Su corazón también por eso lo puso dentro de mi.
Quisiera un día despertar con la solución de exactamente que es lo que debo hacer para que todo encaje en su lugar. No quiero tragarme frases baratas de que “se puede todo en la vida” porque no solamente creo sino sé que no puede ser así.
Debemos tomar decisiones.
Debemos decidir cuáles SON nuestras prioridades y DÓNDE las ponemos.
Una vez que decidimos cuáles son nuestras prioridades, es cuando comenzamos hacer los sacrificios.
Estoy consciente de que debo dejar algunas cosas ir, debo decir adiós a otras, debo renunciar a algunas y estar feliz con eso, sin importar cuánto me gusten.
Renunciar no siempre es malo, a veces es lo mejor que te puede pasar. No tengo todas las respuestas, no sé todos los métodos adecuados para que las cosas funcionen así que en este camino de la vida, mientras no sepa y esté buscando y aprendiendo la manera de que las “cosas funcionen” no me importará renunciar a lo que necesite renunciar.
Quizá esto me lleve toda la vida, pero este aprendizaje y este aplicar lo que aprenda seguramente valdrá la pena.
Cuando me recuerdes ora por mi, por mi familia, por el balance y equilibrio y presencia permanente de Dios y su voluntad manifiesta en nuestras vidas.

2 comentarios:

  1. ¡Y yo que quiero una familia con 4 hijos! Jeje, "de humanos es reconsiderar"... Gracias por compartir este pensamiento, leo y aprendo varias cosas a través de tí. Me allanas el camino ;)

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  2. Reyna gracias por compartir este espacio, en verdad me ayuda mucho leerte, eres un ejemplo a seguir en este dificil camino de ser madre. Dios te bendiga.

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